Ya se corrió la voz acerca de los mecanismos ilegales por los que se impusieron (a través de la Dirección de la Carrera) la creación de 5 cátedras nuevas, para 5 materias del tronco común en Ciencias de la Comunicación:
Gassmann - Comunicación III; Postolski - Políticas y planificación; Gómez - Taller III; Bailo - Taller II; Kaufman - Psicología y comunicación.
Los atropellos a todas las instancias institucionales (de debate y resolución) ya fueron manifestadas por varias fuerzas políticas, de estudiantes y docentes de la Facultad, incluyéndonos.
Nuestro reclamo, como agrupación universitaria y como estudiantes de Ciencias de la Comunicación, es sencillo: Para el segundo cuatrimestre, todas las comisiones, de las cátedras truchas, deben ser restituidas a las cátedras originales, sin la necesidad de cambiar la actual oferta horaria o de ajustar el plantel docente.
Sobre este tema, la Dirección de la Carrera se defiende de las posibles críticas con el argumento principal de la “multiplicidad de cátedras”, entendiéndola como sinónimo irrefutable de pluralidad democrática y de una mayor disponibilidad de horarios para el beneficio del estudiantado.
Sin embargo, no hay que indagar mucho para darse cuenta de lo injustificable que fue la designación arbitraria de las nuevas estructuras de cátedras y la distribución de cargos al interior de los planteles docentes.
En primer lugar, este desdoblamiento no responde a la pluralidad en los enfoques académicos, sino que el carácter antidemocrático del desdoblamiento evidencia la intención política de la Gestión de consolidar una visión hegemónica tanto en lo académico como en lo político.
Por otro lado, este disfraz de reforma progresiva oculta el verdadero debate postergado acerca de la reforma del plan de estudios, reivindicación histórica de los y las estudiantes de Comunicación.
La extensión de la currícula, la falta de coherencia interna (dicho de otro modo, el sistema de correlatividades) y el problema de hacinamiento en la cursada, entendidos como problemas principales de la carrera, no son elementos a tener en cuenta por la Gestión en Comunicación para sus “reformas”. Todo lo contrario, su intención manifiesta es desdoblar las 17 materias del tronco común de la carrera.
Esto resulta contradictorio ya que, con las actuales condiciones de cursada, no es posible seguir aumentando la oferta horaria, creando nuevos prácticos y teóricos. La capacidad de las aulas en la sede Ramos Mejía está saturada hace años. Con solo mirar los teóricos de Comunicación 1, en el Aula 201, uno se da cuenta. Crear 17 cátedras más sería expulsar abierta y descaradamente a los estudiantes a seguir nuestra carrera.
A falta de recursos económicos para afrontar las necesidades académicas, de reformar el plan de estudios, de blanquear a los docentes ad honorem, incluso de incorporar nuevos docentes para las actuales y futuras “nuevas” cátedras, la Dirección de la Carrera impulsa reformas antidemocráticas que responden (mas que a un proyecto político-académico serio a mediano y largo plazo) a las exigencias políticas internas de la Gestión de la Carrera, mas preocupada por mantener la hegemonía en los espacios de poder y decisión que a cambiar en un sentido verdaderamente progresivo la estructura de la carrera.
Estos desdoblamientos expresan la nula voluntad política de avanzar por una verdadera reforma del plan de estudios, el congelamiento de la planta docente y la renuncia a la pelea por el Edificio Único para la Facultad de Sociales.

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