
Sin dudas este gobierno se ve más preocupado por defender el uso de las pistolas traser “picanas modernas”, o por abrir comisarías en espacios públicos que por contribuir a la seguridad de las mujeres. No nos sorprende que así sea, esta gestión desde que asumió, allá por el 2007 dio señales claras de cual era la política que llevaría a cabo respecto de los derechos de las mujeres, cerrando el observatorio de violencia de género, y
suspendiendo los talleres sobre “Sexualidad, Género y Derechos Humanos” que se ofrecían a alumnos/as de escuelas primarias, secundarias, de educación especial y de institutos de formación docente que se venían desarrollando desde hacía siete años con gran demanda de la comunidad educativa.
La violencia ejercida contra las mujeres es un problema político y merece la intervención del Estado y de la sociedad en su conjunto. Solo desnaturalizando esta manifestación cruda de las relaciones desiguales de poder existentes entre géneros podremos empezar a pensar en la igualdad de derechos.
Es importante que se avance y así se generen las condiciones para evitar que cientos de mujeres sigan muriendo por violencia de género y otras miles sigamos sufriendo distintos tipos de violencia.
Como jóvenes universitarias seguiremos reclamando en cada uno de nuestros espacios por nuestros derechos, como mujeres, como luchadoras, como estudiantes!

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