"La libertad es como la mañana, hay quienes esperan dormidos a que llegue. Pero hay quienes se desvelan y camnan de noche para alcanzarla"
Mensaje del comandante Marcos a 34 años del golpe. 24 de Marzo del 2010
A los niños, niñas, ancianos, ancianas, jóvenes, jóvenas, hombres, mujeres de la Argentina. América Latina, Planeta Tierra. Hermanos y hermanas: Aquí México Zapatista. Allá la digna Argentina. Les habla el Subcomandante Marcos, a nombre de todos los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Queremos aprovechar que los hermanos y hermanas de Argentina nos dan la oportunidad de decir nuestra palabra en este acto que sirve para darle a la verdad y a la memoria el lugar que merecen. Porque hay y ha habido quien creyó y cree que, asesinando personas, asesina también los pensamientos y los sueños que en veces son palabras y en veces son silencios. Quien así cree en realidad teme. Y su temor adquiere el rostro del autoritarismo y la arbitrariedad. Y en la resaca de la sangre busca la máscara de la impunidad y el olvido. No para que todo quede atrás, sino para asegurarse de que podrá de nuevo hacer actuar su temor sobre los que le son diferentes.
Mensaje del comandante Marcos a 34 años del golpe. 24 de Marzo del 2010
A los niños, niñas, ancianos, ancianas, jóvenes, jóvenas, hombres, mujeres de la Argentina. América Latina, Planeta Tierra. Hermanos y hermanas: Aquí México Zapatista. Allá la digna Argentina. Les habla el Subcomandante Marcos, a nombre de todos los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Queremos aprovechar que los hermanos y hermanas de Argentina nos dan la oportunidad de decir nuestra palabra en este acto que sirve para darle a la verdad y a la memoria el lugar que merecen. Porque hay y ha habido quien creyó y cree que, asesinando personas, asesina también los pensamientos y los sueños que en veces son palabras y en veces son silencios. Quien así cree en realidad teme. Y su temor adquiere el rostro del autoritarismo y la arbitrariedad. Y en la resaca de la sangre busca la máscara de la impunidad y el olvido. No para que todo quede atrás, sino para asegurarse de que podrá de nuevo hacer actuar su temor sobre los que le son diferentes.